En la actualidad, los jueces de Distrito, quienes tienen la crucial tarea de resolver los juicios de amparo y analizar la violación a los Derechos Humanos, son seleccionados mediante rigurosos concursos de oposición. Estos concursos aseguran que los jueces sean verdaderos expertos en derecho, evaluando sus conocimientos y pericia. Claro que hay excepciones donde se cuelan personas no idóneas, pero la regla general es la preparación de los Juzgadores.

Sin embargo, el escenario está a punto de cambiar drásticamente. El actual Presidente y el nuevo Congreso están impulsando una reforma constitucional que propone que los jueces sean electos por voto popular.  Este cambio implica que los jueces ya no serán elegidos por su conocimiento y habilidad en derecho, sino por su capacidad para hacer campaña, manejar la mercadotecnia y, en muchos casos, por su habilidad para decir lo que el público quiere escuchar.

¿Qué Implicaciones Tiene Esta Reforma para los Abogados?

  1. Menor Relevancia del Conocimiento Jurídico: Los jueces electos por voto popular pueden no tener la misma formación jurídica que los actuales jueces de Distrito. Esto significa que exponer conceptos legales complejos podría volverse irrelevante, ya que los nuevos jueces tal vez no los entiendan o no les den la importancia que merecen.

  2. Fin de la Carrera Judicial: Actualmente, los Secretarios y otros funcionarios judiciales tienen la motivación de ascender en una carrera judicial bien estructurada. Con la elección popular, es probable que los nuevos jueces traigan a su propio equipo, personas que los apoyaron en su campaña, y no necesariamente expertos en derecho.

  3. Influencia Política y Corrupción: Los jueces electos podrían tener una mayor dependencia de sus superiores políticos y menos interés en la imparcialidad judicial. Esto podría incrementar la corrupción y la necesidad de los abogados de buscar formas alternativas, fuera del ámbito legal, para influir en las decisiones judiciales.

¿Deberíamos Seguir Preparándonos como Abogados?

Esta es una pregunta que muchos nos hacemos ante este panorama. La formación continua y la especialización han sido siempre pilares fundamentales para cualquier abogado. Sin embargo, si los nuevos jueces no valoran ni entienden estos conocimientos, la utilidad de seguir preparándose en derecho se pone en duda.

Argumentos a favor de seguir preparándonos:

  1. El estado de derecho prevalecerá. Aunque cambien los jueces, las leyes, códigos y reglamentos seguirán vigentes. Siempre se necesitarán profesionales capacitados que las interpreten y apliquen correctamente.

  2. Oportunidades más allá de la judicatura. El derecho abre puertas a muchas otras carreras además de ser juez: abogados litigantes, asesores, académicos, funcionarios públicos, empresarios, etc. Una sólida formación jurídica será valiosa en cualquiera de esos ámbitos.

  3. Navegación del nuevo sistema. Tener un profundo entendimiento de las leyes y principios del derecho ayudará a los abogados a adaptarse mejor al nuevo sistema judicial y defender adecuadamente a sus clientes.

Argumentos en contra:

  1. Juicios injustos. Si los jueces carecen de pericia legal, aumenta el riesgo de resoluciones que violenten el debido proceso e ignorancia de precedentes. Se dificultaría acceder a una verdadera justicia.

  2. Más corrupción e influencias indebidas. Al depender del voto popular, los jueces quedarían más expuestos a caer en prácticas de compra de lealtades, tráfico de influencias y conflictos de interés con partidos políticos.

  3. Desincentivo académico. Si ya no existe una carrera judicial basada en méritos, disminuirán los incentivos para la formación profunda de nuevas generaciones de juristas. Los programas académicos podrían descuidarse.

  4. Inestabilidad judicial. Cada cierto tiempo los jueces cambiarían por nuevos electos, lo que dificultaría la creación de criterios sólidos y lineamientos consistentes en las cortes.

El Caso de Bolivia: Una Advertencia

La propuesta mexicana no es inédita. Bolivia es el único país en el mundo que elige a sus magistrados de las altas cortes mediante voto popular, un sistema introducido en 2009. La experiencia boliviana ha demostrado que este método no ha logrado los objetivos de democratizar y mejorar la independencia judicial. En lugar de ello, ha politizado el sistema judicial y ha incrementado la influencia del poder ejecutivo sobre las decisiones judiciales

Reflexión Final

La propuesta de elegir jueces por voto popular plantea serios desafíos para el sistema judicial y la profesión legal. Los abogados tendremos que adaptarse a este nuevo entorno, donde la política y la popularidad pueden tener más peso que la justicia y la legalidad. Aunque pueda parecer desalentador, es crucial seguir abogando por un sistema judicial imparcial y capacitado, y considerar seriamente las implicaciones de estas reformas en nuestra profesión.